Toda actividad requiere conocer el principio o fundamento por el cual funciona porque si no se cumple esta condición podemos estar en problemas, sostiene el ingeniero Juan Castillo, consultor contra incendio de Grupo SEG.
El especialista recomienda que esta información se incluya en los manuales de capacitación de los cursos de inducción e introducción de personal en cualquier factoría, con el objetivo de que estén preparados para detectar fallas finas.
“Siempre que se aborda darle a alguien una inducción, con frecuencia sólo se le prepara para el empirismo puro. Por ejemplo, en el doblado de tubo de vidrio, quién te dice del punto de cristalización, quién te dice de los componentes químicos del vidrio, o quién te dice de las temperaturas nocivas; nadie te lo dice”, señala.
El ingeniero subraya que el entrenamiento cuya finalidad sólo es aprender un procedimiento desde el primer paso hasta el último, no es suficiente pues el conocimiento empírico no sustituye el teórico o los fundamentos sino que se complementan.
“En infinidad de casos en campo suele suceder que no se le da importancia a ciertos detalles porque se piensa que no son importantes. En una refinería, por ejemplo, manejar una presión de 70 kilogramos por centímetro cuadrado puede parecer cualquier presión, pero una pequeña fuga directamente al cuerpo mata al individuo”, advierte.
Y sugiere que las capacitaciones tengan como punto de partida justamente los fundamentos que sostienen los procesos e instrumentos, porque es necesario conocer cómo y por qué funcionan.
“Revisar un instrumento como la carta de presiones cada hora puede ser sencillo pero si desconocemos que la carta está mal colocada, cuántas lecturas son erróneas.
“Vayamos aún más lejos, si la pantalla de un control electrónico nos dice todo lo que sucede en una planta industrial y nunca nos levantarnos para corroborarlo, puede suceder que alguien accidentalmente desvíe un sensor de detección y cambie su ángulo modificando la lectura”, puntualiza.
EQUIPO DE PROTECCIÓN PERSONAL
Por otra parte, el especialista también aconseja no demeritar la información sobre el uso del equipo de protección personal y no permitir que los inducidos se lo retiren por cuestiones de temperatura o transpiración.
“Cuando alguien se ha quitado un casco, en lo que se acomoda para tomar una fotografía y se agacha, desconoce que encima hay un objeto punzante llamado espárrago que después de los primeros tres metros de caída libre alcanza una velocidad suficiente para abrir el cráneo al impactarse”, advierte.
Y concluye que, en lo sucesivo, las capacitaciones que tengan como punto de partida los fundamentos por los cuales funcionan los procesos e instrumentos, debe incluir el equipo de protección personal, el equipo dinámico en campo, el equipo estático, todo el proceso, el personal involucrado y hasta el factor ambiente. –IC/VP
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