Desde hace tres décadas se empezó a utilizar el prefijo “eco” anteponiéndolo a otras palabras como: ecoeficiencia, ecodiseño, ecoetiquetado, ecotecnología, ecología, entre otras.
“Eco” (eko) significa: casa, ámbito vital, medio natural o medio ambiente y se asocia a un proceso limpio, sustentable o sostenible. Así tenemos que la ecología es el estudio de la casa o medio ambiente y la economía estudia o mide la manera de funcionar de los recursos de la casa.
Estas tres palabras: “eco”, “logía” y “nomía”, forman un triángulo muy sustentado y quiere decir que si no estudiamos nuestra casa o medio ambiente y lo conservamos corremos el riesgo de quedarnos sin recursos.
Veamos algunos ejemplos de ello. Una noticia destacada del año 2013 fue que ya desapareció el rinoceronte negro de África y oficialmente fue declarado extinto. La Norma Oficial Mexicana 059 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales incluye una lista de todas las especies de fauna silvestre que en México están en peligro de extinción y que están protegidas. Nuestro país posee una gran biodiversidad pero cada vez resulta más difícil mantener los hábitats naturales por la presión que ejerce la gente.
Desde hace tiempo se dice que la humanidad es como el antiguo rey Atila que arrasó con toda Europa y de quien se decía que: “donde Atila ponía su pie no volvía a crecer la hierba”, esto, por la forma en que arrasaba con todas las comunidades a su paso.
En la época actual no podemos decir que haya algún lugar que el hombre no haya tocado, pues cada vez se exploran y estudian más los lugares vírgenes. Desafortunadamente el proceso no es positivo porque no sólo se estudian y se dejan, por lo contrario, una vez que se tiene acceso a un lugar, inmediatamente se quiere comercializar y por lo general significa construir infraestructura de todo tipo: turística, de caminos, de observación, de explotación de recursos naturales, entre otros.
En 1993, durante una evaluación de impacto ambiental en el bosque templado del sur de Chile, se tenían dos proyectos muy interesantes pero difíciles, uno era de traslado de gas natural y el otro de explotación del bosque.
En el primer proyecto, Santiago de Chile necesitaba que le llevaran gas natural desde Mendoza, Argentina, que se encuentra a unos cien kilómetros de distancia, pero atravesando la Cordillera de los Andes, pues pretendían quemar un combustible más limpio.
Chile tiene un grave problema durante el invierno, como está en un valle tiene muchas inversiones térmicas por las altas emisiones contaminantes principalmente de vehículos y de fábricas. La mala combinación: bajas temperaturas, inversiones térmicas y contaminación puede matar.
Así que, hasta cierto punto, pretendían hacer uso de la ecoeficiencia cambiando al menos de combustible, entendiéndose por ecoeficiencia el hacer una actividad de la mejor forma, ahorrando recursos y dinero, y generando menos contaminación o daños al ambiente.
Pero al trazar el proyecto resultó que los chilenos que resultarían damnificados se opusieron al paso del ducto de gas, pues atravesaría sus comunidades enteras. Alegaban que no estaban en contra del desarrollo sino que estaban a favor de su ecosistema que, además, es el único que tienen.
En el segundo proyecto, el de explotación del bosque boreal, resultó que no existía hasta ese momento información sobre el bosque y para ser ecoeficientes primero se debe estudiar el recurso desde el punto de vista ecológico y posteriormente tomar las medidas de protección, si así procede, y si no cancelar el proyecto.
Actualmente, con los famosos bonos de carbono, todos los lugares naturales como los bosques, los pantanos y los pastizales, sirven como “sumidero”, es decir, absorben los gases de efecto invernadero y hacen un servicio ambiental a la comunidad.
A final de cuentas la ecoeficiencia tiene que considerar que nuestra casa (el planeta Tierra) es sólo una y que todos los recursos están limitados. Ya vimos que la podemos medir y destruir. Podemos desaparecer una especie, destruir las estructuras, el agua, el aire, el suelo o a nosotros mismos.
La ecoeficiencia se relaciona con un proceso de autorregulación, ética ambiental o ética humana. No podemos destruir un recurso natural no renovable que una vez que se agote nos va a causar un problema.
Y si son recursos naturales renovables, también podemos estar en un problema si no encontramos un proceso que nos permita ser eficientes y eficaces, entendiéndose por eficiencia, hacer un mejor empleo de los recursos, y por eficacia, conseguir el efecto deseado.
En resumen, la ecoeficiencia, el ecodesarrollo, el ecodiseño, la ecotecnología son aquellos instrumentos que nos permiten proteger el ambiente y que nos permite conservar los recursos y hasta cierto punto asegurar el futuro. |PAT, VPR.
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