La ciudad ha encasillado su concepto de parque como principalmente relacionado con el deporte y la arquitectura de nuestras instalaciones deportivas hablan de una natural exclusión de los que no lo practican.
La mayoría de nuestros parques están cercados, sin embargo, el tipo de espacio público actual se puede cambiar por la planta libre y el espacio abierto como sinónimo de salud ciudadana.
La infraestructura deportiva de la ciudad de Villahermosa adolece de varias problemáticas. Para empezar, la arquitectura deportiva no facilita el libre tránsito y la integración urbana, simplemente porque no fue pensada para integrar al transeúnte sino para entrar con vehículos y estar “seguros” o bien para cuidar que los maleantes “no entren” a un lugar que se asume protegido.
En segundo lugar las instalaciones deportivas se encuentran muy deterioradas y necesitan ajuste, lo cual significa no sólo mantenimiento inmobiliario sino replanteamiento conceptual y mejora de la solución técnica. La ciudad carece de espacio público de calidad que permita la visita casual.
Y en tercer lugar las actividades deportivas son mínimas debido al carácter exclusivo, debido a una doctrina errónea de zonificación, que es separar las funciones urbanas racionalmente impidiendo la diversidad y evitando el uso cotidiano. Además, algunas actividades deportivas con participación mínima pueden sustituirse.
Ahora bien, como consecuencias de estas problemáticas tenemos que:
La mala arquitectura genera mala ocupación.
Sin duda la arquitectura cambia, pero en ocasiones cambia para peor. El boom de la postguerra generó en todo el mundo occidental una autoridad absoluta de la propiedad privada sobre el espacio público, a tal grado que nuestra “arquitectura pública” se volvió “privada”.
El mal urbanismo genera desintegración social.
Cuando pensamos que las bardas dejan fuera a la delincuencia debemos considerar que también impiden la salida de una víctima. La inseguridad no es causa sino efecto de un solo problema que es la desintegración social. Los barrios más pobres son los que más necesitan espacio público de calidad.
Dependencias neófitas generan el concepto de “apropiamiento”.
Esta violencia oficial -que es la exclusión del verdadero propietario de las instalaciones- tiene un origen noble: el cuidado de los inmuebles. No obstante, limita torpemente el espacio mediante instrumentos improvisados que atentan contra la libertad de tránsito establecida en la Constitución Política.
Excesiva seguridad genera un categórico rechazo.
La regla debería ser clara en este sentido: Toda instalación gubernamental debería ser espacio público, pero no es así, pues dejan al frente instalaciones de control como casetas de vigilancia o registro de visitantes rodeadas de rejas y muros. El diseño es lamentable y el resultado es la exclusión.
Muchas rejas generan mucho gasto.
Cada metro cuadrado de malla ciclónica, herrería tradicional, muro de mampostería, herrería industrializada, entre otros, tiene un costo que debería ser aprovechado para mejorar las condiciones de las banquetas, su ancho y su guarnición.
Además, cada año gastamos en: esmalte para el concreto cacarizo, el mantenimiento de la herrería que requiere limpieza con removedor, esmalte a dos manos e incluso primario; si hay óxido se puede “picar” el perfil y hay que hacer prácticamente un trabajo de hojalatería.
Para estas consecuencias las propuestas de solución son sencillas y sustentables, tales como:
Creación de una autoridad que regule el espacio público. En la Ciudad de México funcionó muy bien y generó espacio público de alta calidad y mejoró la integración social.
Retiro inmediato de todas las rejas de las instalaciones deportivas. Esto es muy fácil de hacer y daría un beneficio visible a la administración del espacio público no importa su destino.
Demolición de las bardas de mampostería que impiden libre tránsito y visibilidad. Es necesaria la remodelación o el cambio de lugar de baños, casetas, bodegas improvisadas, entre otros.
Reciclaje de este material para la construcción de casas sustentables. Hay una gran posibilidad de mejorar la condición de vida en los barrios pobres, que viven en construcciones de láminas y requieren fortalecimiento de sus elementos de soporte estructural. Casas con estructura de madera pueden recibir material de herrería para fortalecimiento y casas sin ventanas pueden acceder al material gratuito para su elaboración. Las escuelas pueden hacer vivienda experimental y gente necesitada con terrenos que requieran relleno podrán tenerlo del escombro.
Construcción de banquetas más amplias "que se metan en los predios" -como en Barcelona o la Ciudad de México-, guarniciones pétreas y de un solo tipo para toda la ciudad diseñadas para resistir años.
Proyecto de mantenimiento sustentado por los infractores de tránsito u otros reglamentos como el de construcción. La creación de herramientas judiciales de aprovechamiento de mano de obra para reducir gastos y ahorrar salarios y hacer visible la autoridad mediante un uniforme que comunique el tipo de infracción y asocie la causa con el efecto, además de luchar contra la corrupción en todos los niveles. | MA/VP
Grupo SEG desarrolla Diseño Urbano (diseño del espacio público, conjuntos habitacionales, conjuntos comerciales, etc.) que incluye: Planos topográficos, Planos de movimiento de tierras, Planos de trazo, Planos y catálogos de mobiliario, Planos de acabados, Modelado BIM del proyecto, Renders, Recorrido virtual. Solicite una cotización al e-mail scgiestargos@gmail.com
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